jueves, 12 de agosto de 2010

NERUDA Y LOS ANDALUCES

Fragmentos tomado del trabajo recopilatorio de Fernando de la Sierpe
http://www.andalucia.cc/winnipeg/


Pablo Neruda es designado en el año 1934, Cónsul de Chile en Barcelona y luego en Madrid. Los lazos que le unen a España se consolidan aún más, y en especial, con sus grandes amigos Andaluces García Lorca, Alberti, Manuel Altolaguirre, Alexandre, Cernuda, José Caballero.
Por amor a ESPAÑA Neruda escribe una de sus grandes obras;

ESPAÑA EN EL CORAZÓN
Explico Algunas cosas

Preguntaréis: Y dónde están las lilas?
Y la metafísica cubierta de amapolas?
Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?
Os voy a contar todo lo que me pasa.
Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.
Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, te acuerdas?
Te acuerdas, Rafael?
Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
Hermano, hermano!
Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.
Y una mañana todo estaba ardiendo,
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.
Chacales que el chacal rechazarla,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!
Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallar n un día el sitio
del corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!


Conmovido por los sucesos de Almeria, en donde un bombardeo de la armada alemana –nazi- en apoyo del nacional-catolicismo español, sometió a la población civil de Almería. Llora y escribe;




Un plato para el obispo, un plato triturado y amargo,
un plato con restos de hierro, con cenizas, con lágrimas,
un plato sumergido, con sollozos y paredes caídas,
un plato para el obispo, un plato de sangre de Almería.
Un plato para el banquero, un plato con mejillas
de niños del Sur feliz, un plato
con detonaciones, con aguas locas y ruinas y espanto,
un plato con ejes partidos y cabezas pisadas,
un plato negro, un plato de sangre de Almería.
Cada mañana, cada mañana turbia de vuestra vida
lo tendréis humeante y ardiente en vuestra mesa:
lo apartaréis un poco con vuestras suaves manos
para no verlo, para no digerirlo tantas veces:
lo apartaréis un poco entre el pan y las uvas,
a este plato de sangre silenciosa
que estará allí cada mañana, cada
mañana.
Un plato para el Coronel y la esposa del Coronel,
en una fiesta de la guarnición, en cada fiesta, sobre los juramentos y los escupos, con la luz de vino de la madrugada
para que lo veáis temblando y frío sobre el mundo.
Sí, un plato para todos vosotros, ricos de aquí y de allá,
embajadores, ministros, comensales atroces,
señoras de confortable té y asiento:
un plato destrozado, desbordado, sucio de sangre pobre,
para cada mañana, para cada semana, para siempre jamás,
un plato de sangre de Almería, ante vosotros, siempre.

La amistad que mantenia Neruda con los poetas y artistas andaluces era muy estrecha, reuniciendose casi a diario con; García Lorca, Rafael Alberti, Manolo Altolaguirre, Bergamín, Vicente Alexaindre, Miguel Hernández, Luis Cernuda, y el pintor andaluz José Caballero. En sus Memorias, Neruda se refiere a este último como “pintor de deslumbrante talento y gracia”. Formaban bulliciosos grupos que salían a comer, beber y cantar, para después reunirse en la " Casa de las Flores". Neruda recibe en su casa a Antonio Aparicio que llega directamente desde Andalucía.
Neruda vive en Madrid en la “Casa de las Flores”, en el barrio de Arguelles, todo un símbolo de la vanguardia arquitectónica de los años 30. Fue el centro de las tertulias que organizaba el poeta chileno con sus amigos de España. La “Casa de las Flores” ocupa una manzana entera, de sus balcones cuelgan geranios, de ahí su nombre. Es un edificio de siete pisos. Neruda vivió en el quinto piso de ese edificio. Le agradaba recibir a sus amigos en el balcón del apartamento donde había colocado una mesa de centro y numerosas sillas donde compartía vino, queso, jamón y agradables veladas con sus amigos andaluces
Otro centro de reunión de Neruda y sus amigos andaluces en Madrid, lo constituye el hogar formado por el diplomático chileno Carlos Morla Lynch y su esposa Bebé Vicuña, grandes amigos por muchos años de García Lorca y Alberti. Los Morla eran tíos del pintor chileno Roberto Matta. Cabe destacar que, incluso, García Lorca dedicó varios de sus poemas a miembros de la familia Morla Vicuña. También en esa época Neruda, Alberti y García Lorca entre otros, eran asiduos visitantes al apartamento que el legendario pintor y empresario Fernando Gerassi tenía junto a la plaza de toros de Madrid.

NERUDA Y LOS POETAS ANDALUCES

La muerte en Granada de García Lorca, apresado por los nacionalistas y fusilado el 19 de Agosto de 1936 impacta enormemente al poeta.

“ Federico García Lorca no fue fusilado, fue asesinado. Naturalmente nadie podría pensar que le matarían alguna vez. De todos los poetas de España era el más amado, el más querido, y el más semejante a un niño por su maravillosa alegría. ¿Quién pudiera creer que hubiera sobre la tierra, y sobre su tierra, monstruos capaces de un crimen tan inexplicable?


Oda a Federico García Lorca

SI pudiera llorar de miedo en una casa sola,
si pudiera sacarme los ojos y comérmelos,
lo haría por tu voz de naranjo enlutado
y por tu poesía que sale dando gritos.

Porque por ti pintan de azul los hospitales
y crecen las escuelas y los barrios marítimos,
y se pueblan de plumas los ángeles heridos,
y se cubren de escamas los pescados nupciales,
y van volando al cielo los erizos:
por ti las sastrerías con sus negras membranas
se llenan de cucharas y de sangre
y tragan cintas rotas, y se matan a besos,
y se visten de blanco.
Cuando vuelas vestido de durazno,
cuando ríes con risa de arroz huracanado,
cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes,
la garganta y los dedos,
me moriría por lo dulce que eres,
me moriría por los lagos rojos
en donde en medio del otoño vives
con un corcel caído y un dios ensangrentado,
me moriría por los cementerios
que como cenicientos ríos pasan
con agua y tumbas,
de noche, entre campanas ahogadas:
ríos espesos como dormitorios
de soldados enfermos, que de súbito crecen
hacia la muerte en ríos con números de mármol
y coronas podridas, y aceites funerales:
me moriría por verte de noche
mirar pasar las cruces anegadas,
de pie llorando,
porque ante el río de la muerte lloras
abandonadamente, heridamente,
lloras llorando, con los ojos llenos
de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas.
Si pudiera de noche, perdidamente solo,
acumular olvido y sombra y humo
sobre ferrocarriles y vapores,
con un embudo negro,
mordiendo las cenizas,
lo haría por el árbol en que creces,
por los nidos de aguas doradas que reúnes,
y por la enredadera que te cubre los huesos
comunicándote el secreto de la noche.
Ciudades con olor a cebolla mojada
esperan que tú pases cantando roncamente,
y silenciosos barcos de esperma te persiguen,
y golondrinas verdes hacen nido en tu pelo,
y además caracoles y semanas,
mástiles enrollados y cerezas
definitivamente circulan cuando asoman
tu pálida cabeza de quince ojos
y tu boca de sangre sumergida.
Si pudiera llenar de hollín las alcaldías
y, sollozando, derribar relojes,
sería para ver cuándo a tu casa
llega el verano con los labios rotos,
llegan muchas personas de traje agonizante,
llegan regiones de triste esplendor,
llegan arados muertos y amapolas,
llegan enterradores y jinetes,
llegan planetas y mapas con sangre,
llegan buzos cubiertos de ceniza,
llegan enmascarados arrastrando doncellas
atravesadas por grandes cuchillos,
llegan raíces, venas, hospitales,
manantiales, hormigas,
llega la noche con la cama en donde
muere entre las arañas un húsar solitario,
llega una rosa de odio y alfileres,
llega una embarcación amarillenta,
llega un día de viento con un niño,
llego yo con Oliverio, Norah
Vicente Aleixandre, Delia,
Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco,
la Rubia, Rafael Ugarte,
Cotapos, Rafael Alberti,
Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre,
Molinari,
Rosales, Concha Méndez,
y otros que se me olvidan.
Ven a que te corone, joven de la salud
y de la mariposa, joven puro
como un negro relámpago perpetuamente libre,
y conversando entre nosotros,
ahora, cuando no queda nadie entre las rocas,
hablemos sencillamente como eres tú y soy yo:
para qué sirven los versos si no es para el rocío?
Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,
para ese crepúsculo, para ese rincón roto
donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?
Sobre todo de noche,
de noche hay muchas estrellas,
todas dentro de un río
como una cinta junto a las ventanas
de las casas llenas de pobres gentes.
Alguien se les ha muerto, tal vez
han perdido sus colocaciones en las oficinas,
en los hospitales, en los ascensores,
en las minas,
sufren los seres tercamente heridos
y hay propósito y llanto en todas partes:
mientras las estrellas corren dentro de un río interminable
hay mucho llanto en las ventanas,
los umbrales están gastados por el llanto,
las alcobas están mojadas por el llanto
que llega en forma de ola a morder las alfombras.
Federico,
tú ves el mundo, las calles,
el vinagre,
las despedidas en las estaciones
cuando el humo levanta sus ruedas decisivas
hacia donde no hay nada sino algunas
separaciones, piedras, vías férreas.
Hay tantas gentes haciendo preguntas
por todas partes.
Hay el ciego sangriento, y el iracundo, y el
desanimado,
y el miserable, el árbol de las uñas,
el bandolero con la envidia a cuestas.
Así es la vida, Federico, aquí tienes
las cosas que te puede ofrecer mi amistad
de melancólico varón varonil.
Ya sabes por ti mismo muchas cosas.
Y otras irás sabiendo lentamente.

La guerra civil comenzó a inclinarse a favor de Franco. En el viejo monasterio de Monserrat, próximo a Gerona, cerca del frente de lucha del Este, funcionaba una imprenta primitiva que databa del año 1499. El editor circunstancial de la imprenta, utilizada por el Ejército Republicano del Este, era el poeta Manuel Altolaguirre.
Allí se imprimió, en extraña forma, el libro “España en el Corazón” de Neruda. Fue impreso, por los soldados, en papel que se fabricó en un molino abandonado para fabricar papel, en el pueblo de Orpi, a partir de una serie de materiales exóticos, géneros, banderas rotas, etc., debido a que en el frente de guerra ya no era posible encontrar el papel adecuado para imprimir libros. Los impresores y fabricantes del papel fueron milicianos republicanos del denominado Ejército del Este.
En 1939, hacia el término de la Guerra Civil Española, Neruda, muy afectado por la situación de cientos de miles de españoles, logra convencer al Gobierno de Chile, para ofrecer a los refugiados españoles existentes en Francia y Norte de Africa, una segunda patria: Chile. Contra un viejo barco de carga, el "Winnipeg", que embarca en el puerto francés de Trompeloup - Pauillac, en el estuario de la Gironda, próximo a Burdeos, a cerca de 2.500 españoles, hombres, mujeres y niños.

Carta de Neruda a la llegada al puerto de Valparaíso Chile

“En esta tierra de poesía y libertad, estamos contentos de recibiros, jóvenes que defendisteis la libertad al lado de vuestro pueblo. Y ya que llegáis al final del Pacífico, el más ancho camino del planeta dado al mundo por otros españoles peregrinos, que sea éste también el punto de regreso, porque cuando en toda la tierra germina la libertad, tenéis más derechos que nadie para reclamarla para los españoles, ya que fuisteis los primeros en combatir por ella.
Queridos hermanos: os amábamos desde hace tanto tiempo, que casi no necesitábamos escucharos. Vuestra condición de valientes iluminaba desde cualquier rincón las numerosas tierras americanas. Habéis querido atravesar las más profundas aguas marinas del planeta para que miráramos en este minuto vertiginoso vuestros rostros que representan para nosotros la dignidad humana universal. Mirad vosotros también el rostro innumerable del pueblo que os acoge, entrad cantando, porque así lo queremos, en nuestra primavera marina, tocad todos los rincones minerales del ancho corazón de Chile, porque ya lo sabéis, ya os lo habrán contado las guitarras: cuando el pueblo de Chile da el corazón, lo da entero y para siempre a los que como vosotros, de manera tan alta, supieron cantar y combatir.
Chilenos: aquí los tenéis: por su boca hablará España.”

Sobre Alberti, su gran amigo, Neruda escribió lo siguiente:

“Para los que tenemos la dicha de hablar y conocer la lengua de Castilla. Rafael Alberti significa el esplendor de la poesía en la lengua española. No sólo es un poeta innato sino un sabio de la forma. Su poesía tiene, como una rosa roja milagrosamente florecida en invierno, un copo de la nieve de Góngora, una raíz de Jorge Manrique, un pétalo de Garcilaso, un aroma enlutado de Gustavo Adolfo Becquer. Es decir, en su copa cristalina se confunden los cantos esenciales de España “






A José Caballero,

desde entonces
Dejé de ver a tantas gentes,
por qué ?
Se disolvieron en el tiempo.
Se fueron haciendo invisibles.
Tantas cosas que ya no veo,
que no me ven. Y por qué ?
Aquellos barrios con barricas
y cuerdas y quesos flotantes
en los suburbios del aceite.
Dejé la calle de la Luna
y la taberna de Pascual.
Dejé de ver a Federico.
Por qué ?
Y Miguel Hernández cayó
como piedra dura en el agua,
en el agua dura.
También Miguel es invisible.
De cuanto amé, qué pocas cosas
me van quedando para ver,
para tocar,
para vivir.
Por qué dejé de ver el frío
del mes de enero, como un lobo
que venía de Guadarrama
a lamerme con una lengua
a cortarme con su cuchillo ?
Por qué ?
Por qué no veo a Caballero,
pintor terrestre y celestial,
con una mano en la tristeza
y la otra mano en la luz ?
A ése lo veo.
Tal vez más entrado en la tierra,
en el color, en el silencio,
enamorado, anaranjado,
viviendo un sol sobreviviente.
Así es.
A través de él veo la vida
que dejé de ver para nunca.
La dicha que yo no perdí
(porque aprendí después las cosas
luchando).
A través de su tinta ardiente
y de su arcilla delirante,
a través del puro fulgor
que lo delata,
veo lo que amé y no perdí,
y sigo amando:
calles, tierras, dulzura, frío,
la sepulcral Plaza Mayor,
el tiempo con su larga copa.
Y en el suelo una rosa blanca,
ensangrentada
Otro gran andaluz, sevillano, poeta e íntimo amigo de Neruda era Vicente Alexandre, el cual recibe el premio Nobel de Literatura en 1977.
Nadie mejor que el mismo Neruda para describir la relación que tenía con Alexandre, cuando era diplmático de Chile en Madrid. Dice el poeta chileno de Vicente Alexandre:
“En un barrio todo lleno de flores, entre Cuatro Caminos y la naciente Ciudad Universitaria, en la calle Wellingtonia, vive Vicente Alexandre.”
“Es grande, rubio y rosado. Está enfermo desde hace años. Nunca sale de casa. Vive casi inmóvil.”
“Su profunda y maravillosa poesía es la revelación de un mundo dominado por fuerzas misteriosas. Es el poeta más secreto de España, el esplendor sumergido de sus versos lo acerca tal vez a nuestro Rosamel del Valle.”
“Todas las semanas me espera, en un día determinado, que para él, en su soledad, es una fiesta. No hablamos sino de poesía. Alexandre no puede ir al cine. No sabe nada de política.”
“De todos mis amigos lo separo, por la calidad infinitamente pura de su amistad. En el recinto aislado de su casa la poesía y la vida adquieren una transparencia sagrada.”
Otro gran andaluz y poeta, amigo de Neruda fue Luis Cernuda, de Sevilla
En 1936, con motivo de la publicación de su obra " La Realidad y el Deseo ", se organizó un homenaje a Luis Cernuda en un restaurante de la calle Botoneras de Madrid. Una fotografía de época, recoge una escena de amistad: el mantel blanco, las botellas de vino, las copas de cristal y el poeta Luis Cernuda rodeado por Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Miguel Hernández, José Bergamín, Manuel Altolaguirre, María Teresa León y Concha Méndez.
Andaluz y poeta, amigo de Neruda, era Pedro Garfias. En realidad, Garfias nació en Salamanca, pero se formó en Andalucía y adoraba Andalucía. El “joven sevillano de Osuna“ lo llamaba Rafael Alberti. Garfias fue formado en Andalucía de donde tomó la cosmovisión del paisaje y ese “lastre sentimental“ que le criticaba Guillermo de la Torre.


A su muerte no solo su pueblo lo lloró, sino todos aquellos que le conocieron y supieron de su profundo amor por la vida, las luchas del hombre y la justicia.



A Pablo Neruda, con Chile en el corazón
Rafael Alberti
España, 1973.
No dormireis, malditos de la espada,
cuervos nocturnos de sangrientas uñas,
tristes cobardes de las sombras tristes,
violadores de muertos.
No dormireis.
Su noble canto, su pasión abierta,
su estatura más alta que las cumbres,
con el cántico libre de su pueblo
os ahogarán un día.
No dormireis.
Venid a ver su casa asesinada,
la miseria fecal de vuestro odio,
su inmenso corazón pisoteado,
su pura mano herida.
No dormireis.
No dormireis porque ninguno duerme.
No dormireis porque su luz os ciega.
No dormireis porque la muerte es solo
vuestra victoria.
No dormiréis jamás porque estáis muertos.




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